Matrix, de Lana y Lilly Wachowski

04 noviembre, 2014

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Esta reseña comenta y explica cuestiones relativas al argumento. Atención, spoilers.

A finales del siglo XX aparecía una película que gozó del gusto de la cultura popular y que parecía consolidarse como una original y gran película de ciencia ficción.

En realidad, las hermanas Wachowski consiguieron reciclar ideas de distinta índole, fusionando filosofía, psicología y ciencia ficción para crear una película de acción que tuviera todos esos elementos, además de gozar de novedosos efectos especiales y el "efecto bala", que aunque ya había sido empleado en alguna película con anterioridad, se popularizó a partir de este film.

Las directoras se dieron a conocer con esta película en 1999, prosiguiendo con una trilogía que se cerraría en 2003 con The Matrix Revolutions. Han continuado de manera posterior con películas relacionadas con el control estatal, como es el caso del guión de V de Vendetta (V for Vendetta, 2006), u otras de carácter también filosófico, adentrándose en la condición humana a través del tiempo, como fue el caso de la seguramente infravalorada El atlas de las nubes (Cloud Atlas, 2012).

La historia de Matrix comienza con un diálogo entre los créditos de inicio, donde se da la sensación de una sociedad vigilada, para pasar después a una escena de acción donde se notará que algo extraño sucede, especialmente en las habilidades de Trinity (Carrie-Anne Moss). Sin embargo, donde da comienzo es con Neo, pseudónimo de un hacker que trabaja como programador informático, llamado Thomas A. Anderson (Keanu Reeves, que encaja bastante bien en este papel dentro de su limitada capacidad expresiva dado que encarna a un personaje perdido en una realidad nueva, aunque su opacidad nos impida acercarnos emocionalmente). El espectador tomará el punto de vista de este personaje, que desconoce lo que sucede a su alrededor y la revelación de lo que es Matrix le supondrá un duro golpe, como podría suponer para cualquiera descubrir que toda su vida ha sido mentira. Quizás por ello, se empleará el nombre de Neo en contraposición a Anderson, el nombre por el que lo llamará el antagonista agente Smith (Hugo Weaving, en un papel que le otorgó cierta fama, antes de su periplo por la Tierra Media en El señor de los anillos y en El hobbit, y que sería el primero de sus colaboraciones con las Wachowski).


Hacia la mitad de la película, se nos desvelará que Matrix es un mundo creado a partir de un programa informático, fruto de una guerra entre máquinas y humanos que llevó al casi exterminio de la humanidad en favor de su reconversión en fuentes de energía para las inteligencias artificiales que controlan el mundo real. El personaje de Morfeo (Laurence Fishburne) servirá de guía a Neo, además de intentar descubrirle su destino, idea continuamente rechazada por el personaje, aunque en el momento en que la acepte, tras su encuentro con el Oráculo (Gloria Foster), sea precisamente cuando incumpla su profecía personal, una completa ironía que hará cumplir, sin embargo, el destino que tanto Morfeo como Trinity le habían impuesto por sus propias ideas. A raíz precisamente de esto surge un forzado romance que podía haber sido innecesario, aunque otorga cierto carácter especial al amor en una película donde no parecía relevante.

La película no tiene mayor contenido, salvando el último tercio, en el que contemplaremos la traición, bastante evidente, de un miembro de la tripulación y el posterior rescate de Morfeo de las manos de los agentes de Matrix, en lo que será la epifanía del Elegido y las secuencias más espectaculares de acción, explosión de helicóptero incluída.


 En este sentido, podríamos notar la sensación de que es una película incompleta, ya que deja puertas abiertas que se intentaron cerrar en las continuaciones, The Matrix Reloaded y The Matrix Revolutions (2003 ambas), aunque estas no resultaron tan del gusto de los espectadores como la primera, al menos de forma general. Por lo demás, se trata de un film notable en cuanto a sus efectos, pero normal en cuanto a su desarrollo, quizás por eso se alejó de los grandes premios para acabar consiguiendo los puramente técnicos.

Tampoco destacan en exceso las actuaciones, aunque el trío principal, Neo, Morfeo y Trinity, encajan perfectamente en sus papeles, especialmente con esa mezcla de estética prácticamente gótica, al igual que el antagonista, opacado por sus callados compañeros. El resto desfilan por la pantalla sin mayor participación; ni siquiera nos influirán las muertes de algunos de ellos, aunque la escena goce de cierta crueldad.


Matrix no presenta ideas realmente nuevas, no es original aunque lo pretenda y haya conseguido dar la sensación de que es así. Se trata más bien de un buen combinado, donde se consiguen exponer la filosofía platonista, según la cual el mundo físico no existe sino como la sombra de uno ideal, así como el neoplatonismo que llevó a la duda cartesiana o a que en el barroco se considerase que la vida terrena no era más que un sueño o un teatro (en ello tenemos los ejemplos españoles de Sueños y discursos [1627] de Quevedo o el teatro de Calderón de la Barca, esencialmente La vida es sueño [1635] y El gran teatro del mundo [1655]).

Tampoco la guerra entre máquinas y humanos es novedosa, si nos ceñimos a lo cinematográfico, Kubrick ya propuso en 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, 1968) la rebeldía de la inteligencia artificial, así como James Cameron compuso otra franquicia basada en la combinación de una guerra similar y los viajes en el tiempo, que se originó con Terminator (1984). Incluso encontramos el eco de los Replicantes de Blade Runner (Ridley Scott, 1982) en la confesión final del agente Smith a Morfeo, así como la idea de un mundo informático que atrapa a los humanos, por ejemplo, en Tron (Steven Lisberger, 1982), aunque sea también típica en algunos films juveniles, o la última ciudad de humanos, subterránea y post-apocalíptica.


Por otra parte, se recurre a la mitología en varias ocasiones, ya lo vemos en el propio nombre de Morfeo, referencia al hijo del dios del sueño griego. No obstante, donde encontramos mayor número de referencias mitológicas es en todo lo relacionado con el Oráculo, que incluye desde la incomprensión de sus revelaciones por parte del solicitante hasta el aforismo de origen griego "Conócete a ti mismo", que estaba inscrito en el Templo de Apolo, en la ciudad de Delfos, famosa por su oráculo. También el carácter mesiánico de Neo, a quien Morfeo parece ungir como el Elegido, pese al escepticismo de otros miembros de su tripulación.

Los conceptos psicológicos están presentes en algunos comentarios, por ejemplo, el monólogo de Cifra (Joe Pantoliano) cuando come un filete en Matrix y habla del poder de la mente para hacer que el cuerpo se sacie de un alimento que, en realidad, no existe. Por último, las referencias a la obra de Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas (1865), para atraer a Neo y servir de metáfora al descubrimiento de la verdad de Matrix, así como la posible referencia al mundo de las drogas, con la elección de las pastillas roja y azul.


Todo esto que hemos comentado hasta ahora subyace en la película, lo cual es bastante interesante, dado que en ese sentido combina entretenimiento con un planteamiento que tiene sus antecedentes, por lo que no es tan original como se nos presentaba, y que podría ser más profundo de lo que es realmente. En definitiva, la acción más vacua a la par que de gran espectacularidad de disparos y artes marciales bastante logradas consiguen entretener mientras las hermanas Wachowski muestran un futuro entretejido de una idea filosófica clásica y en el que la informática, especialmente los mundos cibernéticos, incipientes en 1999, ha evolucionado de tal manera que controlan nuestra vida. Quizás no se alejaban tanto de lo que sucede realmente, en eso no les quitaremos el mérito.


Escrito por Luis J. del Castillo


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